Es una escultura, pero tiene el poder de seguir tu rastro allá donde vayas. ¿Magia negra? ¿Brujería? No. Afortunadamente, es solo una ilusión óptica, pero pones los pelos de punta, sobre todo si nos la encontramos en sobre una tumba escalofriante?. Esta en el cementerio de Mont Martre de París.
La tumba pertenece al psicoanalista Guy Pitchal, un personaje probablemente no muy conocido en vida, pero cuyo lugar de descanso eterno es de los más fotografiados del cementerio parisino por turistas y curiosos.
La tumba pertenece al psicoanalista Guy Pitchal, un personaje probablemente no muy conocido en vida, pero cuyo lugar de descanso eterno es de los más fotografiados del cementerio parisino por turistas y curiosos.
La tumba está decorada con una escultura hueca de su rostro –lo que viene a ser una máscara de piedra -, pero en lugar de mostrar al público el lado convexo de la escultura, está girada, mostrando el lado cóncavo y dando lugar a esta curiosa ilusión óptica: mires por donde mires a la cara del señor Pitchal, parecerá que tiene el rostro girado hacia ti.
Pero las caras huecas esconden más sorpresas: si miras justo de frente al hueco de la escultura, se volverá tridimensional. Nuestros ojos son engañados y vemos el lado cóncavo como si en realidad fuera convexo. Otra sorprendente ilusión óptica.
Pero las caras huecas esconden más sorpresas: si miras justo de frente al hueco de la escultura, se volverá tridimensional. Nuestros ojos son engañados y vemos el lado cóncavo como si en realidad fuera convexo. Otra sorprendente ilusión óptica.
Y si quieres reproducir este mismo efecto con tu bello rostro, solo necesitas un poco de escayola y la ayuda de otra persona. Túmbate y ve cubriéndote la cara con escayola (no te olvides de dejar libres los orificios nasales), déjala secar un poco y retírala con cuidado con la ayuda de una pequeña espátula. Y voilà! Ya tienes tu rostro grabado en un hueco (que también podrás usar como molde para esculturas).